Seis de la mañana y, para variar, no puedo dormir, siempre que estoy apunto de comenzar un  viaje es así. Me levanto y deambulo por casa hasta llegar a la cocina, abro la nevera y un extraño «clank» seguido de una pequeña pieza que vuela y cae al suelo me despierta del todo. Entonces intento cerrar la nevera y no cierra… No puede ser… Después de darle muchas vueltas está claro, la bisagra se ha roto, tenía que ser precisamente hoy. Me dan ganas de volver a la cama a ver si se puede resetear y empezar de nuevo, pero no creo que funcione.

Está claro que no es el día para solucionarlo, así que con una «ñapa» me aseguro de que la nevera se mantenga cerrada y desayuno.

La mañana pasa volando entre preparativos, chequeo de la lista de cosas a llevar, salir a comprar algo de comer e ir cerrando las maletas… Ah si!, las maletas. Lo que nos temíamos, por supuesto, ocurrió. Una vez elegido todo lo que nos queremos llevar, toca hacer Tetris y encajarlo todo. A duras penas y tras descartar unas cuantas cosas no necesarias, conseguimos cerrar y que las bolsas entren en las maletas de la moto.

Comemos un bocadillo y una napolitana de postre y nos ponemos en marcha. Antes de salir pesamos las maletas: llevamos 12kg. en el baúl y 6 en cada maleta lateral, la sobre depósito no la pesamos pero pesa… mucho!

Ataviados ya con la ropa de moto y cargando con el equipaje, por fin! bajamos al garaje, encajamos las bolsas en las maletas de la moto y estamos listos!!!!! Comienza el viaje!!!!

El camino de Bruselas a Amsterdam no tiene mucho que contar, dos horas y cuarto de autopista, aburrida autopista que, con el calor que hace se vuelve bastante insufrible. Una parada en Amberes para volver a poner la ruta en el gps, que por algún motivo se perdió y llegamos al puerto.
Una larga cola de coches y motos se presenta ante nosotros. Nos ponemos detrás de cuatro motos con matrícula belga. Les saludamos y nos bajamos de la moto, esto va para rato. Hace calor, mucho, o yo lo tengo al menos. A. (Mi señora, mi costilla como decíamos cuando hablaba por la emisora) por el contrario tiene incluso algo de frío. Esto también siempre es así, yo tengo calor, ella frío, no hay nada que hacer al respecto .

Poco a poco vamos avanzando, con la moto apagada y empujandola para no tener que arrancar cada poco o estar todo el rato con ella encendida.

Llega nuestro turno, primero los cuatro moteros belgas, escudriñamos sus acciones para estar preparados. Vamos!

Una vez entregado billete y documentación, nos dan las llaves para el camarote y una para dejar en la moto visible durante el viaje. Lo siguiente es un chequeo de seguridad donde un amable caballero mira nuestros carnets y verifica que somos nosotros. Cuando el caballero en cuestión ve nuestros ids españoles nos suelta (en español con un extraño acento):

– «hola!!! Españoles!!» – a lo que contestamos

– «siiiiii!!!!!»

– «A donde van?» – el barco va exclusivamente a New Castle, Inglaterra, no hay más paradas

– «A Escocia!!»

– «Por qué??!!»

– «Por qué no?»

Con una fuerte carcajada nos desea buen viaje y nos permite continuar.

Seguimos a los moteros belgas y nos colocamos en una cola para entrar al barco. Nos damos cuenta de que los coches están en otra, no sabemos si nos hemos colado… Pero parece que no, nos dan paso y entramos al barco. Hay dos grandes rampas de subida una a cada lado, nos indican que vayamos a la derecha, A. se tiene que bajar, arrimamos la moto al máximo a la derecha y pongo la pata de cabra. Todo esto indicado por un operario que nos da rápidas explicaciones mientras se pone ya a situar al siguiente motero detrás de nosotros. Sin tiempo casi para bajarme, aparece el mismo operario con las cinchas y al mismo tiempo empiezan a entrar coches a nuestra izquierda. Hay dos estrechos carriles donde se van situando los coches en paralelo.

Ya con las maletas fuera, copiamos las estrategias para asegurar la moto de otros moteros que vemos alrededor. Aunque otro de los operarios nos dice que con una de las cinchas es suficiente, ponemos una segunda para evitar que la moto se mueva para adelante.

Cogemos el equipaje, pasamos por el estrecho pasillo que queda entre los coches y las motos y entramos en la zona de pasajeros.

El barco es grande, quizás más de lo esperado. Tiene restaurantes, tienda y hasta un casino. Eso sí, no hay apenas sitio donde sentarse, que no sea un restaurante y los precios son bastante altos. El camarote es un «zulillo» pero no es agobiante. Tiene dos camas muy estrechas pegadas a la pared en forma de L, dos mesas pequeñas y dos sillas y un baño amplio.
Nos comemos los sándwiches que nos habíamos traído y pasamos un gran rato sentados en una mesa con vistas al mar, disfrutando de una cerveza fría y un helado, planeando los próximos días y «cortando trajes» a los personajes que vamos viendo.

Así pasa la tarde, de vuelta al camarote vemos el primer capítulo de House of Cards, 5a temporada y a dormir, que mañana empieza la acción de verdad.

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6 Responses

  1. Muy buenas David y «Costilla».
    Oye, me ha surgido una duda. ¿Por qué os hacen dejar una llave en el exterior de la moto?

    Un saludo.

    • Hola Manuel. La llave en realidad es un cartón con un código de barras y nuestros datos. Se supone que es para avisarnos si nos necesitan para algo relacionado con el vehículo, como por ejemplo que te hayas dejado la alarma puesta, algo bastante habitual 🙂

      Muchas gracias por tu comentario!

  2. Os deseo un gran viaje lleno de emociones y te agradezco mucho que nos lo vayas contando.

    . (Mi señora, mi costilla como decíamos
    cuando hablaba por la emisora)
    Has sido radioaficionado? Yo soy o he sido EA5CCD

    • Muchas gracias!!! Gracias a ti por leerme.
      Si, he sido radioaficionado, pero de 27mhz. no llegue a pasarme a las «grandes ligas». Un saludo!

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