Ocho de la mañana y suena el despertador, hoy toca dia largo, ayer nos liamos la manta a la cabeza y planificamos 6 horas de moto. Asi que hay que moverse para salir cuanto antes.

Desayunamos en el hotel, una pequeña casa rural en el centro de Isaba con 9 habitaciones y muy bien ambientada.

Preparamos petate, todo a la moto y salimos. Recorremos las angostas calles empedradas y cogemos la carretera.

Empezamos a recorrer el valle, subiendo poco a poco entre las montañas, pero qué frío hace!!! A la sombra la moto nos marca 6° en algunos puntos. Dudamos si parar a abrigarnos, pero seguimos a ver si salimos de la sombra y sube la temperatura.

Subimos los primeros puertos, el col de Marie Blanque es uno de ellos, donde paramos a disfrutar de las vistas y a descansar.

Vuelta a la carretera, disfrutamos de curvas y curvas y más curvas por carreteras estrechas, a veces con algún susto ya que los coches tienen la mala costumbre de venir por el centro de la carretera, incluso en curvas. Adelantamos también a muchos ciclistas que se retuercen subiendo por las pendientes de los míticos puertos.

Uno de esos míticos es el Col del Aubisque, nuestro siguiente destino. Subimos por una carretera buena al inicio, ancha, muy divertida, cuando llevamos un rato, en una parada a la derecha vemos una moto que nos suena, es @freebear_rider! Habíamos hablado por Instagram al ver que estabamos por la zona y por fin nos habíamos encontrado. Después de un rato de charla y unas cuantas fotos, seguimos nuestro camino, aunque nos seguiríamos encontrando durante el resto del día.

Subimos al Aubisque , paramos en la cima, comemos un bocata en el chiringuito que hay y disfrutamos las espectaculares vistas.

Y volvemos a la moto, ya con la tripa llena, bajamos de nuevo por las estrechas curvas, buscando la sombra, ya que la temperatura ha vuelto a subir. En esta ocasión, el próximo objetivo es el mítico Tourmalet. Aunque antes tenemos que pasar un poco de calor, atravesando varios pueblos por el fondo del valle.

Por fin comenzamos la ascensión, hay obras en la carretera, que nos tienen un rato parados y nos obligan a pasar por un estrecho paso entre una excavadora y el precipicio, con el suelo lleno de tierra, vamos allá, alguien da más? La pendiente es tremenda, hacemos «tornanti» tras tornanti y coronamos, menudas vistas!!

Nos hacemos, bueno @freebear_rider, nos hace la foto de rigor con el ciclista 🙂 y admiramos la carretera espectacular que acabamos de subir que lleva por el valle y se pierde entre las montañas. Hay un continúo paso de coches, motos y ciclistas. Uno de eloos, con evidente cara de estar reventado :), pasa a nuestro lado y lo felicitamos por la azaña. Hablamos con el un rato y A. acaba haciéndole una sesión de fotos en los puntos clave del sitio.

Viene desde Noruega en bici, salió en Agosto, se ha hecho los grandes puertos y zonas míticas ciclistas de Europa y no podia faltarle el Tourmalet.

De nuevo en la moto, bajamos el Tourmalet y recorremos el valle, una vez más muertos de calor al bajar del puerto. Recorremos una ciudad, de cuyo nombre no puedo acordarme, pero que nos recuerda a Interlaken, en los alpes Suizos. Mucha gente, aparentemente mucha pasta y algunos casinos :).

Qua queda poco de la ruta, pero aún nos deparaba sorpresas. En lugar de subir el col D’Aspin, la ruta se metía por otro pequeño puerto, pero con un paisaje muy distinto. Subimos entre montañas, pero sin vegetación, sin árboles, solo prados, algunos arbustos y algunas vacas y caballos sueltos. Serpeteamos hasta la cima y de nuevo comenzamos el descenso.

Las horas de moto empezaban a pesar, pero aún nos quedaba el coldel Portillon y el descenso hasta Vielha, ya por buena carretera y, después de que el sol bajase un poco, comenzamos a tener frío, aqui no hay término medio.

Repostamos a la entrada de Vielha, hacemos checkin en el hotel junto con otras 8-10 motos y nos vamos a cemar y a pasear un poco por Vielha.

Mañana toca Pamplona!

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