Que ganas tenía! Después del viaje del año pasado, empecé a entender eso que dicen los viajeros de la espinita que se te clava cuándo viajas. Esa espinita que hace que tu mente lo eche de menos continuamente.

Obviamente como reza el nombre de esta web y como la gran mayoria de mortales, no siendo un overlander, uno tiene que trabajar y sólo puede viajar cuando tiene vacaciones.

Así que por fin llego el momento de salir de viaje de nuevo. Esta vez solo cuatro días, pero más que suficiente para matar el mono.

El primer día es mas bien de trámite, llegar a Baden Baden, nuestro punto de entrada a la selva negra desde Bruselas. Unos 450kms. Que, por desgracia toca hacer por autopista para no tardar mucho en hacerlos.

El día se prevé duro, viajar en moto por autopista es mucho mas cansado y aburrido, al menos para nosotros, que hacerlo por carreteras convencionales con curvas. Con unas cuatro horas y media por delante salimos a eso de las 11 de la mañana.

Después de una parada para repostar y después de unos 190 kms. nos detuvimos cerca de Arlon a comer. Unas brochetas de pollo on patatas, un postre de frutas y un café y a continuar.

La temperatura iba bajando y al poco de salir tuvimos que detenernos en un área de servicio a poner mas ropa y cambiar los guantes. El sitio estaba repleto de camiones, esta y todas las siguientes. Probablemente el hecho de que sea festivo en Belgica y Alemania, al menos, hace que muchos camiones aparquen durante el día.

Un poco de lluvia que nos obliga a parar a poner el chubasquero, solo a A. Esta vez, yo me libro gracias al traje 🙂

Salimos de Bélgica, atravesamos Luxemburgo, entramos en Alemania, cruzamos a Francia y, de nuevo, acabamos en Alemania.

Por fin después de unos 450 kilómetros llegamos al hotel, situado a unos 12 kms. de Baden Baden.

Hacemos el checkin, dejamos las maletas y nos acercamos a Baden Baden. Al arrancar una luz delantera se ha fundido 🙁 menos mal que lleva dos, habrá que comprar una nueva.

Aparcamos en el centro, dejamos los cascos en las maletas laterales y nos damos un paseo. Unas cuantas fotos, visitamos los jardines del Casino y las calles del centro y buscamos donde cenar.

Nos fiamos de las valoraciones de Google y entramos en un sitio. Parece que han llegado los extraterrestres, todo el mundo se queda mirándonos, incluso los que atienden parecen tardar un poco en reaccionar. Esto nos pasa también andando por la calle. No entendemos porqué, solo caminamos raro con nuestras botas de moto y nuestra ropa de moto color amarillo flúor.

Cenamos bien y conseguimos que el a priori soso camarero nos haga un chiste al irnos y nos desee «good racing»… ya nos había advertido que hablaba poco inglés 🙂

Volvemos al hotel con la esperanza de que haya algún bar abierto y podamos aparcar la moto, darnos un paseo y tomarnos algo tranquilamente, pero resulta imposible, todo esta cerrado.

Así que regresamos al hotel, ducha, revisión de fotos e itinerario para mañana y a dormir, que mañana va a ser un día largo :).

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