Hoy empezaba realmente el viaje y vaya si lo ha hecho.

El sol atravesando la ventana a eso de las 8 de la mañana nos dejaba ver que las previsiones se iban a cumplir. Durante el desayuno vimos que, efectivamente, hacia calor y ni una nube parecía que fuese a taparlo.

Desayunamos con calma y una vez listos, cargamos la moto y salimos. Nuestro primer punto de paso era Baden Baden de nuevo y de ahí, seguiríamos hacia el sur en una, a priori, excitante ruta (así la denomina el tom tom) repleta de curvas y más curvas.

Motos, motos y más motos iban cruzándose con nosotros tras cada curva. Los primeros kilómetros tras salir de Baden Baden fueron por una carretera de piso perfecto, con curvas con buena visibilidad, arriba y abajo. Como echaba de menos esto!!! Es imposible explicar la sensación, no acudiré al tópico, no es libertad, es mucho más, es diversión, es pasión, es sentir un hormigueo por todo el cuerpo. No hace falta ir muy rápido, solo fluir, acelerar, frenar, meter la moto, vista a lo lejos, siguiente curva, repetimos… que bien me lo estoy pasando! La diversión solo se ve, digamos, pausada, por la presencia de coches que poco a poco vamos adelantando y que no hacen más que añadir un algo más a la ruta.

Después de unos 30 kms. nos desviamos de esta carretera y vamos cambiando a carreteras más estrechas, más lentas. El paisaje es impresionante con árboles a ambos lados de la carretera y grandes pendientes arriba y abajo.

Paramos en lo alto de un mirador, en el que hay un restaurante y un amplio aparcamiento desde el que disfrutamos las impresionantes vistas. A. quita el forro de la chaqueta ya que el calor aprieta ahora y parece que va a seguir así el resto del día, bien!

Así pasamos gran parte de la mañana, atravesando pequeños pueblos, subiendo y bajando por angostas carreteras, aparentemente aisladas pero cuya tranquilidad es rota de vez en cuando por el sonido de las decenas de motos que circulamos por ellas.

Toca respostar, paramos en una gasolinera y aprovechamos para comprar la bombilla de recambio para la que se nos fundió ayer. Ya casi es la hora de comer, así que una vez en marcha de nuevo, nos detenemos en el primer sitio que parece un restaurante.

Cogemos la sobre depósito, candamos los cascos y entramos. No hay sitio en la terraza a la sombra y el sol está apretando fuerte así que nos sentamos dentro. Un camarero nos atiende muy amablemente en inglés, cosa bastante poco habitual en Alemania por estos lares. Comemos bien, muy bien diría yo, aunque quizás la euforia del gran día que estamos pasando influye un poco en mi estado. Cuando vamos a pagar, lo que nos temíamos, no aceptan tarjetas. Nos faltan 2 € para poder pagar la cuenta, así que el camarero nos indica que hay un cajero a unos 200m. y me acerco a por el dinero. Esto también es habitual en Alemania, al parecer las comisiones que les cobran por los pagos con tarjeta son tan altos, que muchos sitios no las aceptan.

Con las pilas cargadas y después de ser los últimos en abandonar el restaurante, partimos de nuevo. La ruta nos lleva por una carretera estrecha con mal piso, cada kilómetro hay una señal que avisa del mal estado. Al inicio de la misma, dos policías en moto están aparcados charlando. El trazado es empinado y continuamente nos cruzamos con motos, motos y más motos. No entendemos por qué, porque la carretera es muy mala. Entonces llegamos a lo alto de la montaña y las vistas desde allí eran espectaculares. Aparcamos, hicimos unas cuántas fotos, bebimos un poco de agua y nos refrescamos y disfrutamos de un sitio genial, mientras casi sin parar, motos y más motos iban pasando en ambos sentidos.

Desde nuestra izquierda unos cuantos parapentes iban despegando poco a poco, las vistas desde ese invento del demonio ;), deben ser espectaculares.

Salimos de nuevo, ahora bajamos por el otro lado de la montaña, la carretera es mejor, más ancha y con mejor piso, curva tras curva pasamos otro buen rato divertido. Llegamos a un pueblo y una señal indica que la carretera está cortada. Nos desviamos a la derecha con la esperanza de encontrar una ruta alternativa. Subimos por una carretera estrecha, entre casas y que con una pronunciada pendiente. El gps nos indica en un cruce a la izquierda, pero no nos fiamos y seguimos. Llegamos al final de la carretera delante de una casa, damos la vuelta y hacemos caso al gps. Bajamos y subimos por una carretera muy estrecha con mucha gravilla, o me gusta! De nuevo acabamos en un fondo de saco, aún más estrecho ?.

Damos la vuelta a duras penas y volvemos al pueblo. Vemos que varios coches pasan de la señal y entran al pueblo, así que hacemos lo propio. Parece que todo está bien, hasta que llegamos a la salida del pueblo y la carretera está, efectivamente, cortada. Nos desviamos por una carretera que parece paralela y por la que varios coches de los que iban delante de nosotros van pasando. Acabamos en la carretera supuestamente cortada de nuevo, pero nada nos impide seguir. A unos 500 m. varios obreros están parados en el medio de la carretera, les hacemos señas de si podemos continuar, nos dicen que si y seguimos. Viajamos unos 3 kms. por esa carretera, sin líneas pintadas, sin coches y con algunas zonas estrechas, pero con el piso completamente nuevo. Nos desviamos por fin, circulamos unos kilómetros de nuevo por el medio del bosque y salimos a una carretera más ancha, buen piso y trazado divertido hasta St. Pieter. Aquí nos tomamos un refresco y seguimos viaje, hace un día estupendo pero son ya las 18 de la tarde y queremos llegar al hotel. Tras una nueva confusión del gps (nuestra no, claro, ;)), llegamos a Glottertal y aparcamos en el hotel.

Descargamos, hacemos check-in, nos cambiamos de ropa y nos acercamos a Friburgo de Brisgovia.

Aparcamos en el centro, de nuevo una gozada ir en moto y llegar y aparcar :). Damos un paseo, compramos un par de cosas que necesitamos y vamos a la plaza donde está la que parece la catedral y en la que hay mucho movimiento. La ciudad parece más grande de lo que pensábamos y tiene mucho movimiento. Estamos cansados y hambrientos, así que en cuanto vemos un sitio con buen ambiente nos sentamos y cenamos.

Paseo de vuelta, 10 minutos de moto ya de noche de vuelta al hotel, cervecita antes de ir a la cama y a dormir que ha sido un día largo y mañana toca repetir.

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