Día 14 – Disentis – Interlaken

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No sabría por donde empezar a contar el día de hoy. Bueno, cómo siempre, iremos al principio.

Hoy la ruta era más bien trámite, la intención era hacer un día de poca moto y de descanso y paseo por Interlaken, pero al final, nada de eso.

No es que fuésemos a coger autopista, pero eran menos de tres horas en las que pasábamos un puerto y poco más. Ayer de noche cargo la ruta en el GPS y veo que me marca como prohibido uno de los pasos. Cambio la ruta para hacerlo por otro, que está más al sur y que está abierto. Son unas tres horas, así que el plan inicial sigue su curso.

El hotel de esta noche está casi vacío, la zona es puramente de ski y la temporada acaba de finalizar, así la mayoría de las instalaciones están en obras o reformas o cerradas. Calculamos que somos unas 8 o 10 habitaciones ocupadas en todo el hotel, a juzgar por las mesas del desayuno (en las que han puesto un papelito con el nombre y el número de personas.

Desayunamos, preparamos equipaje y salimos. El día está feo, pero no llueve por ahora.

Al salir del garaje uno de los jefes del hotel nos saluda, nos desea buen viaje y nos cuenta que él tuvo una LT, pero que de cayó y se fastidió la rodilla. Ahora tiene una custom y va más tranquilo, ya no hace viajes largos.

Nos despedimos y salimos a la carretera. Pronto empiezan las curvas y las subidas, vamos dirección Andermatt. Después de las primeras tornantes tenemos que parar a abrigarnos. Nos detenemos en un apartado de la carretera, en plena pendiente. Mientras sacamos las chaquetas y cerramos las aberturas de la ropa de moto, miramos a nuestro alrededor y las vistas son impresionantes. A un lado, hacia abajo, la carretera por la que hemos subido que viene del valle, al otro, las montañas nevadas, muy cerca y muy altas.

Arrancamos ya más abrigados, seguimos subiendo más y más, en muy pocos kilómetros y tornante tras tornante. Pasamos por la cima y descendemos hasta Andermatt.

Tomamos aquí el siguiente puerto, San Gottardo. Nada más empezar a subir las nubes se empiezan a cerrar y comienza a llover. La lluvia se vuelve granizo y nos refugiamos en un pequeño bar en plena pendiente. Rápido sacamos guantes de invierno y demás menesteres para protegernos de la lluvia y el frío cuando volvamos a salir y entramos en el local. Es un bar muy pequeño, tiene 4 mesas para unas 4 personas cada una. Está abarrotado y cuando nosotros entramos, parece que han llegado los extraterrestres, con nuestros cascos y nuestros trajes mojados.

No hay hueco casi ni para entrar, así que dudamos si volvernos fuera.

Un par de chicos en una mesa nos dicen en inglés que nos podemos sentar allí, se levantan y nos dejan sus sillas. Son un grupo de ingleses que están haciendo un viaje de una semana por los Alpes en coche, pero no en cualquier coche. Porsches, un Noble, jaguar, mercedes AMG… Así hasta 11. Uno de ellos nos enseña fotos de todos y nos explica que salieron el lunes de Inglaterra y que hoy (miércoles) llegan a Menaggio. Mientras nos tomamos una coca cola charlamos con ellos y se van marchando. Nos despedimos y nos deseamos mutuamente buen viaje.

Parece que ha parado de llover, así que pagamos y continuamos.

Ya en la carretera seguimos subiendo, la nieve cada vez está más cerca, tanto que empieza a estar «por debajo» de nosotros, hasta que llegamos a la cima y nos encontramos esto:

Enorme pared de nieve que sabe Dios cuánto tiempo lleva ahí. Fotos de rigor y seguimos. Aún subimos un poco más, pasamos por un lago helado y comenzamos el descenso.

De nuevo extremadamente pendiente. En unos 10 kms. Bajamos de nuevo al valle por el otro lado, con mucho cuidado, eso si, porque ha vuelto a llover y la carretera esta mojada.

Abajo en el valle cogemos el paso que nos llevará ya a cerca de Interlaken, nuestro destino y que, según el GPS está a unos 50 kms. de dónde estamos.

Al empezar el puerto hay un cartel que menciona dos pasos, uno abierto y otro cerrado… Oh oh…

Sigue lloviendo, circulamos por el otro lado del valle y a nuestra derecha podemos ver la carretera por la que bajamos antes y las impresionantes montañas. Después de unos 5kms. de curvas, nuestros temores se volvieron realidad, una barrera corta la carretera y nos impide seguir.

Damos la vuelta y tratamos de buscar una alternativa en el GPS, pero decidimos volver sobre nuestros pasos, buscar donde comer y calcular la ruta tranquilamente.

Encontramos un sitio, siguiendo las indicaciones en la carretera, un poco más adelante, en Ronco :). El hotel restaurante Stella Alpina. Comimos muy bien y encontramos la mejor alternativa posible, sin pisar autovía, que eran otras 4 horas de moto! Teníamos que deshacer nuestros pasos hasta Andermatt y ahí coger dirección norte rodeando los lagos y media Suiza 🙂

Nos pusimos en marcha, volvimos a subir y a bajar, ahora ya en seco, así que lo disfrutamos mucho más, una vez en Andermatt ni había más puertos y los primeros kilómetros fueron a base de atravesar pueblos y pequeñas ciudades hasta llegar a cerca de Interlaken. Al bajar tanto, la temperatura subió de nuevo y tuvimos que parar a quitar ropa , volver a los guantes de verano y abrir las entradas de aire del traje.

Aproximadamente a una hora de nuestro destino, con el frío empezando a apretar, paramos en un café a tomar algo en Giswil.

El sitio era mitad café, mitad pub, pero el café estaba cerrando así que nos tocó ir al pub, que habíamos evitado al entrar porque estaba todo el mundo fumando. Hacía tantos años que se nos había olvidado ya lo que era cuando se podía fumar en los bares. Un grupo de unos 6 hombres (la única mujer era la camarera) hablaban y bebían mientras fumaban como carreteros. Pedimos una coca cola, pagamos en euros, fuimos al baño y nos marchamos rápido, aquello era irrespirable. En el baño de hombres, por cierto, había un par de calendarios de mujeres desnudas, madre mía, hemos viajado al pasado sin darnos cuenta?

Salimos de allí escopeteados ya a menos de una hora de nuestro destino. Son casi las 7 de la tarde y se nos ha hecho muy tarde.

El día se está poniendo feo, hace más frío y parece que quiere llover.

Los últimos kilómetros hasta Interlaken se hacen eternos, a pesar de que la carretera es montañosa y con curvas, hay muchísimo tráfico y circulamos varios kilómetros tras un camión y una fila de coches que baja la pendiente muy despacio.

Llegamos por fin, encontramos el hotel, aparcamos y descargamos. Son las ocho de la tarde, así que nos cambiamos rápido y salimos de paseo a buscar donde cenar.

Interlaken no es lo que pensábamos, o al menos no a simple vista. Todo está dirigido al turista, al turista de pasta. Hay un casino, tiendas caras y muchos hindús y orientales comprando en ellas. Los restaurantes son bastante caros y las vistas desde el pueblo en si, de los lagos son nulas, que no se ven vaya. Por desgracia hemos perdido demasiado tiempo con el rodeo y no nos va a dar tiempo a ver más.

Ducha rápida ya en el hotel y a descansar, mañana dejamos Suiza y entramos en Francia, Colmar nos espera, se acabaron los Alpes ?