Cuántas cosas han pasado desde mi última entrada, pero os lo resumiré rápido: Nos mudamos allá por enero de vuelta a España, a Asturias en concreto. Trabajo remoto y un montón de blah blah. Si queréis saber más, en alguno de los programas de El Internet de las motos, os lo cuento (Toma Spam!)

Después de unos meses de locura, de estres, de mucho trabajo y mucha, mucha mudanza, por fin, pudimos cogernos una semana de vacaciones y como colofón final, salimos de ruta en moto!

Nuestra primera ruta juntos con «La Estela» por el norte de España, que ganas. Con el aliciente además, de juntarnos con Jose «CEO» como a él le gusta decir, del podcast Dame Rueda, Tania, su mujer, Alex Lupo (viajomotista de pro y ahora colaborador de Dame Rueda también) y Laura, su mujer.

Aunque quizás, aún teniendo tantas ganas, nos costó un poco arrancar. Dejamos hasta el último día hacer la ruta de hoy, reservar el hotel de esta noche e incluso preparar maletas, trastos y demás. Por suerte esto último lo tenemos más que interiorizado y tardamos muy poco en hacer las maletas.

Cinco de la mañana y los ojos como platos, ya no me acordaba de esta sensación! ese nerviosismo, esa intranquilidad antes de salir de viaje. Es jueves, nosotros, al estar de vacaciones salimos antes que el resto del equipo hacia nuestro destino: Sanabria. Así que el día de hoy es para rodar solos, por primera vez desde nuestro último viaje a Luxemburgo, pero esta vez por tierras asturianas, gallegas y castellanoleaoneas (si es que este palabro existe).

Este era el plan y, más o menos, fue de hecho la realidad.

A eso de las 10:30 de la mañana salíamos, con la moto cargada hasta las trancas, parece que dé lo mismo irnos dos días, una semana o un mes, al final siempre vamos a tope, nos haga falta o no :D.

Los primeros kilómetros, ya nos indican que vamos a cansarnos de hacer curvas, si es que eso es posible. Al principio, como siempre después de mucho tiempo sin montar en moto, me siento oxidado. Los brazos tensos, el hormigueo en el estómago al ir a entrar en las curvas, pero poco a poco la cosa va fluyendo y vamos cogiendo ritmo y circulando sin problemas.

Curva tras curva pasamos por Trubia, circulando por la AS-233 hasta que llegamos a Proaza y decidimos parar a tomar un café y aligerar peso. Después de la consecuente charla coloquio entre el dueño del bar y varios clientes sobre lo mal que está todo, la política para aquí y para allá y tras tomarnos un descafeinado y un pincho de jamón seguimos ruta.

Puerto de San Lorenzo

Qué delicia! y qué dificil es haceros entender lo emocionante que es esto. Durante el tiempo que estuvimos en Bélgica, eso de salir de casa e inmediatamente disfrutar de buenas carreteras con buen trazado era impensable. Pero lo mejor, poder hacerlo en Asturias, mi tierra, con todo lo que ello implica, me pone los pelos de punta sólo de pensarlo.

Subimos el puerto de San Lorenzo, nos detenemos arriba, hacemos unas fotos y disfrutamos de las vistas. Qué paz!

Puerto de San Lorenzo

Una pareja nos pregunta, en francés, si somos belgas, al ver la matricula de la moto todavía belga. Les contestamos en español que no, que somos españoles pero que nos acabamos de mudar y tal, asienten y siguen. Luego nos damos cuenta de que es posible que no hablen español y que probablemente no se enteraron de nada :).

Puerto de San Lorenzo

Volvemos a la moto y seguimos ruta. Descendemos el puerto por una pendiente que pone a prueba nuestros frenos y mis brazos, faltos de práctica ya en estos menesteres.

Y las curvas siguen y siguen, atravesamos el parque natural de Somiedo y después de un rato con el hambre apretando, nos paramos a comer en un merendero a un lado de la carretera. Nos hemos traido un tupper con tortilla, pan, un poco de fruta… Ya os dije que íbamos a tope 🙂

Puente las Palomas (desfiladero)

Aunque hace sol, hace bastante frío, sopla el viento, lo que hace bastante desapacible el estar alli. Comemos rápido y seguimos camino.

Pasamos Villablino, seguimos curveando, carreteras en general con buen piso, vamos cogiendo más confianza y pasándolo aún mejor.

Durante una bajada, en una curva de derechas noto que me da un pinchazo la pierna izquierda al reducir marcha. La siguiente reducción ya se convierte en un tirón en el interior del muslo izquierdo, asi que paramos a estirar. Después de tanto tiempo sin montar en moto, la tensión de ir sujetando la moto y el ir levantando la pierna ligeramente para reducir marcha en lugar de usar el tobillo han pasado factura. Nos echamos a un lado de la carretera, estiramos bien los músculos de las piernas y nos damos cuenta de, que vistas!

En algún lugar cerca de Corullon

Refrescados y en forma, seguimos, por suerte la pierna no volvió a dar sustos y cambié mi forma de reducir marcha para evitar problemas.

Varios desvíos y nos metemos por una carretera estrecha y en bastante mal estado, no hay ruta en la que no nos pase esto. Normalmente esto dura unos 4 o 5 kilómetros y, o bien acabamos dando la vuelta en la puerta de una casa o aparecemos en una carretera buena. Pero no esta vez, kilómetros y kilómetros de baches, curvas llenas de gravilla, carretera muy rota o incluso agujeros en ella. El paisaje es brutal, pero después de una media hora de traqueteo, estamos cansados y empezamos a buscar un bar. Tarea difícil al estar perdidos por el medio de la montaña. Adelantamos a unos ciclistas, que luego nos pasan porque nos equivocamos en un cruce y comenzamos a descender detras de ellos.

Van en paralelo, asi que no podemos pasar, hasta que se dan cuenta de nuestra presencia y nos dejan pasar. No sin antes hacernos gestos con la mano para que vayamos despacio porque hay curvas, Y tanto que las había! Bajada de infarto, con curvas a derecha e izquierda, con mal piso y gravilla suelta, qué más se puede pedir.

Pronto uno de los ciclistas, nos pilla, en las bajadas se acercaba y en las rectas y zonas llanas lo perdiamos.

Pasamos un rato entretenido hasta que, por fin, encontramos un bar gracias a unos señores a los que preguntamos en Corullon.

Renovamos fuerzas, seguimos otros ventipico kilómetros por carreteras malas hasta que pasamos a Galicia y bum! Asfalto perfecto, dos carriles y kilómetros para resarcirnos.

Llegamos al hotel Malecón en Barco de Valdeorras, check in, moto al garaje, cenamos un pulpo y unas gambas al ajillo y a la cama, ha sido un dia largo, pero lo hemos disfrutado mucho. Mañana seguimos 😉

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